jueves, 15 de mayo de 2014

Llueve sobre mojado.

Mientras escribo estas lineas, escucho nuestra canción, o mejor dicho, la canción que mejor te describe, la canción que te dedicaba..
Me acuerdo, como si fuera ayer, nuestro encuentro en la cocina, donde cantaste con tu hermosa vos Barriletes, dedicándomela; y yo sin saber como aclarar lo que me pasaba con vos, no tuve otra cosa mejor que dedicarte en una canción, la soledad que me trasmitías.
Al principio no entendiste muy bien, o no quisiste entender, pero después escuchando la letra los dos en la cama, reflexionaste...
Ilusamente pensé que ya me conocías y que ibas a poder reconocer un poco mis sentimientos... pero no.

El momento era hermoso, Barriletes cantada por vos, suena lindo. Y me hace acordar a mi.
Pero afuera, llovía y adentro llovía, y entre nosotros llovía...

No podías despejar tu mente, no podías concentrarte conmigo, nunca lo pudiste hacer, y ese fue nuestro fin.
Pensaste que solo vos sufrías, que solo vos estabas en una disyuntiva por tener alguien mas esperándote.
Te sentías mal, culpable, y nunca supe si era porque ella o por mi...
No pusiste nunca asumir tu culpa, nunca pudiste decirme que no, me retenías, me enredabas cada vez mas, y a la vez cada día estabas mas enamorado de ella.

Que loco, las cosas del "amor"... mientras me cantabas Barriletes, me idealizabas, pero solo me querías así, ideal.
Lejos tuyo, como siempre.
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Pasaron los años, las experiencias y las relaciones...
Cuando por fin te liberaste de tus cadenas, de tus miedos, y me viste como soy, volviste.
No como yo hubiera querido, ya  no me querías mas.
Solo querías hacerme saber que después de tantos años comprendiste porque te dedique esta canción..
Ahora, para mi, sigue teniendo igual o mas significado de soledad que el de aquel momento... porque entendiste por fin, como me sentí por vos...
O como me siento, mejor dicho.
Sigo viendo oscuridad, porque todo lo que esa por nacer, muere antes.
Porque solo soy razón y ya no mas deseo.
Porque sigue lloviendo...
El dormitorio sigue siento enorme, lleno de instrumentos.. vació.
Tres somos y seguimos siendo demasiado, aunque sigamos solos.
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El sol sigue saliendo todos los días, y mis heridas son iguales, pero gracias por enseñarme a la fuerza a olvidar, a olvidar que estar con vos era mas que estar sola... y que todos los sábados serán martes y trece.