jueves, 6 de diciembre de 2012

La nueva.

Me juro q no entinedo que es lo que me sucede ...
Tengo la posibilidad de que las cosas salan naturalmente bien; por primera vez, puedo darme el lujo de decir: voy por el camino correcto!
Pero no.... una nueva intrusa ha aparecido en mi vida, quien sos? me pregunto con frecuencia estos días, de donde saliste?
Donde estoy parada? lo se, donde quiero ir? lo se, que quiero? lo re se .... PERO..... que sucede?
No estoy movilizando ni mi cuerpo ni mi mente, me siento presa de mi misma al no poder manejar la situacion, o manejarme... 

Quiero ser libre, quiero disfrutar y no sentirme así, quiero dejar de usar mi reloj, pero no puedo sacar de mi mente al tiempo.
El tiempo que perdí, el tiempo que se me va, y el tiempo que estoy perdiendo ahora, pensando y pensando..
Sea lo que sea que me esté sucediendo; seas quien seas intrusa, que entraste sin mi permiso, en mi cuerpo, en mi cabeza y me estas dejando sin ánimos hasta el alma, andante, busca a la persona correcta que estoy segura que no soy yo...
Una prueba mas para superarme, y un obstáculo mas, intrusa de mier.

lunes, 3 de diciembre de 2012

Otra historia mas, pero en Uruguay.

POR FIN logre irme, me libere de esa mochila pesada , de los recuerdos malos y agrios, de las peleas amargas y las rupturas indeseadas.
Me despierto todas las mañanas con el ruido del mar, que tácitamente me llama a compartir el desayuno con el. 
Mi casa nueva, chiquita, pero enorme a la vez, que con su frente blanco y su hamaca paraguaya endulzan mis días con gloria. Mis nuevos días, mi nueva vida.
Desayuno todas las mañanas un cigarrillo mirando por la ventana, viendo como la arena se deleita por las calles y como el sol quiere asomarse por todos lados; esperando que en cualquier momento aparezca él abrazándome por detrás como todas las mañanas y diciéndome  que linda que soy cuando me levanto, que hermoso que me queda el sol en la cara, e invitándome nuevamente a la cama.
No les voy a mentir, no todo fue color de rosas desde el principio, las cosas empezaron mal, me fui de mi ciudad dejando todo atrás, no soportando los recuerdos, ni las personas que me perseguían en mi pensamiento, ni los dolores en el alma, que me llenaban de sangre. 
Estaba desesperada, y me pasaba los días encerrada escribiendo y pensando historias que nunca pasarían, mis dudas existenciales convirtieron mi vida en una gran incógnita existencial, donde las tardes en la playa se pasaban volando, porque yo estaba volando, porque estaba en otro planeta, estaba mal, vivía para llorar y lamentarme que mal habían salido las cosas por aquel país, que nunca mas me vería volver.
Así fue como los distintos paisajes y lugares de este hermoso lugar donde vivo me vieron pasear con mi  mejor cara de tristeza, rogándole a  cualquier alma que se compadezca conmigo y NADA.
Dicen que el tiempo de a poco cura las heridas, y  así fue, de a poquito, mis días no eran solo llanto, de a poquito logré salir de mi vació y deleitarme con el lugar donde estaba; empece a abrirme y a conocer gente nueva, nuevos amigos entraron a mi vida, y también algún que otro amor.
Sin embargo, algo me estaba faltando, mi aura no terminaba de cerrar correctamente, y sabia lo que era, pero hacia tiempo que había dejado de buscarlo, y de pedir un compañero para mi nueva vida.
Esperaba cruzarmelo alguna tarde por la playa y que justo nuestras miradas se cruzaran, y nos temblaran las piernas a los dos, y que por un flechazo mágico sepamos al mismo tiempo que somos el uno para el otro, pero como eso solo sucede en las películas me tuve que conformar con  nuestro encuentro, un poco bizarro, quizás,  pero bello encuentro al fin.
Me encontró una noche en el bar, yo estaba con amigas, pero estaba como ida, lo único que hacia era escuchar sus conversaciones a lo lejos, acariciar mi vaso de cerveza y fulminar mi  atado de cigarrillos, así paso un largo rato, hasta que me di cuenta que todo se me había subido  a la cabeza y mi estado no  era el mejor, simplemente estaba mas desinhibida, pero todavía ida..
En este estado me puse a bailar sola, imaginado quizás, que estaba sola, en mi casa, con mi música francesa y una copa de vino en mi mano, en eso que me encontraba danzando por el aire, y queriendo prender un cigarrillo, aparece él, ofreciéndome fuego;  me quede totalmente embobada, boluda por su  belleza, me sorprendió que se acercara a mi, habiendo tantas chicas lindas. 
 Y así nos pusimos hablar, yo tratando de controlar mi estado de ebriedad para parecer una chica normal y seria y no cagar la situación como lo hago siempre, y el haciéndose el interesante por demás; me daba cuenta de que quería llamar mi atención. Y LO LOGRÓ.
Me convenció de ir a la playa, de mojarnos y tirarnos en la arena, de algún que otro beso; nos pusimos a mirar las estrellas, me contó sobre ellas, y no dejamos de hablar hasta que el sol nos empezó a molestar junto con la resaca. 
Me acompaño hasta mi casa, los dos muy cansados pero sin dejar de hablarnos ni por un segundo.
Me llamaba tanto la atención, no habían pasado ni 5 horas que lo  conocía y ya sentía que lo amaba, que era para mi (¿Típico de mujeres no?).
Nos acostamos juntos en la hamaca paraguaya  y entre beso y beso nos quedamos dormidos, la verdad es que teníamos muchas ganas de descubrirnos y yo sabia que el había ido a mi casa solo para sacarme la ropa, por decirlo finamente, pero el cansancio y no nos dejo otra opción que redescubrirnos por la mañana, besarnos bajo el árbol inmenso , con la sombra mas linda de Uruguay que nos espiaba mientras nosotros hablábamos, pero ya no lo hacíamos  con palabras, sino que con nuestras manos. Nuestros cuerpos hicieron música bajo esa hermosa sobra, de esa hermosa mañana.
Y así, sucedió, lo cuento y no lo puedo creer, quizás no lo conocí en una playa, quizás no lo conocí vestida con las mejores ropas, ni en mi mejor momento, pero lo conocí en el momento justo, después de esa mañana, pasamos el día juntos y supe, por primera vez en mi vida, que un hombre me había deseado con todas sus fuerzas y que sus deseos eran verdaderos, quería nuevamente estar conmigo, y me lo dijo, me dijo que no se quería separar, que quería seguir descubriéndome todas las mañanas y todas las noches, que nos disfrutemos, que la vida es una sola y que solo quería compartirla conmigo.