lunes, 11 de julio de 2016

Tu cara y el Tango.

Hace poco alguien entró en mi, y me dijo cosas que en el fondo se pero que nunca las había escuchado ni en mi boca ni en la de otra persona.

Me dijo cosas que no se si quería escuchar, pero que me ayudaron, me abrieron y me hicieron viajar a lugares oscuros y no tan oscuros.
Pero no las dijo, solamente con la intención de que viajara a ese lugar, sino que pueda resolverlo, ese fue su cometido.

Yo no se si logré resolver algo, o si quiero, pero  que me dejo pensando suavemente sobre el tema lo hizo.

Y no puedo olvidarme del tono de su voz, diciéndome que suelte, que lo suelte, que no  va a volver, y que es necesario que pueda estar en paz, que Pedro no esta mas físicamente le decía yo, y que lo único que quería era volver a tocarlo una vez mas, volver a escuchar su voz, y que muero por dentro cada vez que recuerdo que eso no va a suceder.

Que muero por dentro cada vez que tengo que volver a ese lugar, caminar sus calles, su casa y saber que no esta para mi.
Que no esta para mi, para un abrazo.
Que no esta para mi, para un beso.
Que no esta para mi, para un consejo, para un deseo.

Pero no se como, viendo su foto frente de mis ojos, escuchando su música y recordando el tono de aquella voz que apareció en aquel sueño viviente vuelvo a tener algo de paz, esa voz me envuelve entre simples besos.

Y si bien, también me desenvuelve con la misma facilidad, volver a escribir, volver a dibujar y bajar un poco a la realidad también me hace bien.

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